Basada en el título de una canción de blues de los años 30 titulada “Love in vain”, la última novela de Soledad Puértolas narra la historia de un joven que, tras sufrir un accidente de tráfico, ha modificado por completo su trayectoria vital. Vuelve a vivir pero bajo otras modalidades, su vida cambia de ritmo, también la mirada de los demás sobre él se transforma a partir de esta metamorfosis porque ahora manda el cuerpo, un cuerpo estropeado, un cuerpo que sufre. Este texto es un himno a la lentitud: sus límites físicos motivan un cambio total de ritmo vida. Bajo el pretexto de vivir más cerca del Centro de Rehabilitación, el protagonista se libera de su familia, se ofrece la oportunidad de desligarse de su vida anterior al accidente, no se expone a su compasión, ni espera su ayuda de ninguna manera. La novela se abre después de esta ruptura, después de la mudanza del protagonista que ha decidido cambiar de casa y también de barrio: se ha alejado del centro de la ciudad, de la agitación para adoptar un ritmo más templado, razonable, más adaptado a su nueva vida.