Novela que constituye una evasión entre las obras de la autora ya que tiene lugar en el ciclo artúrico. Aquella novela-cuento tiene lugar en un universo encantado y mágico y simboliza la voluntad de escapar. Se trata de un cuento de hadas, caballeros y doncellas. Los personajes que reaparecen a través de esta novela son el rey Arturo, la reina Ginebra, Lanzarote, el sabio Merlín y el hada Morgana. En la diégesis, Morgana raptó a siete doncellas que tendrán que estar libradas por los siete caballeros más valerosos del reino. Al final del texto, van a ser liberadas una a una. El sufrimiento de Ginebra, Arturo y Lanzarote por aquel amor imposible de vencer está presente. Merlín también está enamorado. Su dulcinea, su discípula Nimué, ayudará a los caballeros a vencer a Morgana que es muy potente porque fue iniciada a la brujería por el mago. Aquella novela caballeresca respeta la lineridad de las novelas de capa y espada. Su estructura está preservada: hay una prueba que cumplir para llegar a la liberación. Sin embargo, la omnipresencia del amor y la explicación psicosomática de la enfermedad de la reina Ginebra demuestran la gran modernidad de la novela. A pesar de su evidente singularidad, ligada a su contexto, la tonalidad de ciertos cuentos como El recorrido de los animales o también La sombra de una noche reaparece en este texto. E, este relato, el universo del cuento de hadas se asimila a la narración sin que las peculiaridades de la escritura de Soledad Puértolas desaparezcan: los personajes son princesas modernas que son, pese a todo, desdichadas y tristes. Se trata de una reescritura moderna y feminizada del mito artúrico.