La narradora anónima construye su relato a través del recuerdo de una chica que ha admirado mucho: Olga Francisnes. Nos cuenta su relación con ella desde el principio hasta el final: la muerte de Olga que cierra también el relato. Parece ser un diálogo público con una Olga inventada ya que insiste a menudo para diferenciar la Olga interlocutora de la Olga real. Parece que Olga nunca habrá conocido su importancia en la vida de la narradora. La natación es también esencial: la narradora se pasa la vida entre la piscina y la Biblioteca en la que trabaja y parece que estas dos mitades constituyen su vida.